Flores Abono para el Bonsái

Flores Carencias

En ocasiones pueden darse situaciones de carencia de uno o varios de estos elementos, pues es posible que no se encuentren en cantidad suficiente en el sustrato o que, por el motivo que sea, no resulten accesibles para la planta en ese momento. Las causas que pueden llevar a un elemento a no ser accesible para la planta son bastante variadas, pudiendo ir desde un PH inadecuado en el sustrato, hasta que la simple falta de otro elemento impida su correcta absorción.
En cualquier caso conviene estar siempre atento a los síntomas mostrados por la planta y actuar de inmediato aportando un extra del elemento problemático, o del conjunto de ellos, si no se desea poner en peligro el árbol.

Repasando la lista de elementos esenciales tomados del sustrato (los elementos obtenidos de la atmósfera no presentan estos inconvenientes pues siempre se encuentran disponibles), podemos clasificar las siguientes tipologías:

Nitrógeno:
El síntoma más evidente de una carencia de nitrógeno es una clorosis general por toda la planta, pero especialmente más acusada en las hojas viejas e inferiores. Por clorosis se entiende una falta de clorofila apreciable en unos tonos de verde mucho más claros en las hojas, llegando incluso a volverse completamente amarillas.
En los casos más graves las hojas amarillean para luego quemarse y caer. Las hojas jóvenes permanecen verdes más tiempo ya que todavía pueden obtener ciertas cantidades de nitrógeno procedentes de las hojas más viejas. También puede darse el caso en algunas especies de que aparezca una coloración púrpura como resultado de la acumulación de pigmentos de antocianina.
Por el contrario, un exceso de nitrógeno se manifiesta en un follaje abundante, de color verde oscuro con hojas de gran tamaño y un sistema radical muy reducido, algo nada deseable en bonsái. Entre otras cosas porque puede llegarse a la situación de que las raíces sean incapaces de aportar el agua necesaria por toda la masa de follaje desarrollado. La floración y fructificación también suele verse retardada si existe un exceso de nitrógeno.

Los suelos suelen presentar carencias de nitrógeno con una mayor frecuencia que de cualquier otro elemento. Buena parte del nitrógeno presente en el suelo se encuentra en forma de compuestos orgánicos poco aprovechables por la planta, es tarea de un cierto tipo de bacterias descomponer estos compuestos para liberar el nitrógeno en dos formas iónicas fácilmente asimilables por la planta: nitrato y amonio. Estas formas iónicas se absorben y utilizan de forma muy rápida, entre otras cosas porque se disuelven con relativa facilidad, pero también hay que tener en cuenta que son retenidas por el sustrato con una cierta dificultad por lo que los sucesivos riegos arrastran buena parte de ellos. De todas formas el nitrógeno de origen orgánico es el más indicado para su uso en bonsái ya que actúa con una mayor lentitud y permanece en el sustrato por mas tiempo.
El nitrógeno así obtenido nitrógeno se utiliza como materia prima en multitud de compuestos por lo que suelos pobres en este elemento provocarán un lento desarrollo general de la planta. Además se trata de una sustancia necesaria para que la planta pueda llegar a utilizar los fosfatos contenidos en el suelo, lo cual incrementa aun más su importancia.

Fósforo:
Un síntoma característico de la deficiencia de fósforo es el enanismo que presentan estas plantas, al mismo tiempo que las hojas presentan un color verde oscuro. También resulta factible la aparición de pigmentaciones rojizas por la acumulación de antocianinas. Las hojas más antiguas adquieren una coloración café antes de morir.
En general la falta de fósforo dificulta el crecimiento y la madurez de la planta. Se trata de un elemento presente en numerosas proteínas, especialmente en áreas de rápido crecimiento como por ejemplo las puntas de las raíces, yemas, frutos, etc.
Un exceso de fósforo acelera los procesos de maduración y hace que la raíz se desarrolle en una mayor proporción que la parte aérea.

Por importancia se trata del segundo elemento limitante, tras el nitrógeno, en los suelos. Se suele presentar en dos formas iónicas distintas que se absorben a velocidades, la proporción de cada una vendrá marcada por el PH del sustrato lo que en resumidas cuentas hace que en suelos ácidos su absorción sea más rápida que en otros de PH más básico.

Potasio:
Los síntomas de carencias de potasio aparecen antes en las hojas más antiguas, en forma de una ligera clorosis rodeando a zonas necrosadas de color oscuro. Esto es así ya que se trata de un elemento que se transporta desde zonas más antiguas, donde se acumula, hasta las zonas en crecimiento cuando surge la necesidad. Estas zonas necrosadas son porciones de tejido muerto que aparecen con una mayor frecuencia en las puntas y bordes de las hojas, y entre las nervaduras de éstas. Otro síntoma es la presencia de tallos débiles que resultan fácilmente dañados por la acción del viento o la lluvia. Una escasa producción de flores y frutos suele ser también sintomática.

Es la tercera deficiencia más común en los suelos detrás de las dos anteriores. El potasio es un elemento esencial en los procesos de respiración, fotosíntesis y división celular, además de ser uno de los elementos que ayudan a mantener la turgencia en la planta. Actúa de catalizador para que otros elementos puedan realizar sus trabajos, además de ser un elemento que ejerce un cierto control sobre el nitrógeno evitando crecimientos frondosos y blandos en exceso. También contribuye en la formación de clorofila.

Azufre:
Un síntoma típico de su falta es una clorosis general en la hoja, incluyendo venas, generalmente empezando por las más jóvenes. El sistema radical suele debilitarse bastante ante carencias de azufre.
Las hojas también pueden absorber azufre a través de los estomas en forma de dióxido de azufre en estado gaseoso. Este compuesto es un subproducto habitual de determinados tipos de combustión que resulta bastante contaminante, pues al ser absorbido inicia toda una serie de procesos químicos que acaban por inhibir la fotosíntesis y por destruir la clorofila. Aparece lo que comúnmente se denomina "Lluvia ácida".

A diferencia de los anteriores, las raíces toman solo las cantidades de azufre que necesitan dejando el resto para ser lavado por el agua de riego. En realidad suele ser poco frecuente encontrarnos con deficiencias de azufre ya que abunda en la mayoría de los suelos. Es un elemento que forma parte de gran cantidad de proteínas.

Magnesio:
El magnesio es uno de los elemento involucrados principalmente en la formación de moléculas de clorofila. Por lo que el primer síntoma que se produce en ausencia de magnesio es una clorosis en las hojas mas viejas, concretamente entre sus venas, ya que por motivos todavía no de demasiado claros las células situadas en los haces vasculares retienen la clorofila durante más tiempo.

Calcio:
Las carencias aparecen primero en los tejidos más jóvenes, tanto en raíces, tallos como hojas, en forma de tejidos retorcidos y deformados. Es un elemento muy importante en la formación de las paredes celulares, además de en la distribución de azúcares, responsable en buena medida de un vigoroso crecimiento de raíces y ápice. Actúa también como catalizador facilitando la disponibilidad de otros elementos como el fósforo y el potasio.

En la mayoría de suelos suelen existir cantidades suficientes de este elemento como para que no se produzcan carencias, aunque en suelos ácidos con abundantes lluvias o riegos puede llegar a ocurrir. Sobretodo si se usa agua osmotizada.

Hierro:
Las plantas con carencia de hierro presentan también una acusada clorosis entre las venas de la hoja, pero a diferencia de lo que ocurría con el magnesio esta clorosis aparece primero en las hojas más jóvenes. En caso de una grave deficiencia de hierro toda la hoja puede acabar amarilleando o incluso llegando a tomar una coloración blanquecina con amplias zonas necrosadas. En realidad lo que sucede es que las carencias de hierro inhiben la formación de clorofila, a pesar de que este no forma parte de la molécula de clorofila en sí.

Se trata de un elemento que en ocasiones se cataloga como macronutriente a pesar de que se requiere únicamente en cantidades muy reducidas. En suelos básicos, o incluso neutros en determinadas circunstancias, el hierro puede encontrarse bloqueado en el sustrato convirtiéndose en inaccesible para la planta que acabará desarrollando carencias. Excesos de fosfatos, metales pesados, mal drenaje e incluso exceso de riego pueden llevar a esta desafortunada situación.

Cloro:
A pesar de que es relativamente raro que se produzcan carencias de este elemento, pues el cloro se encuentra presente en agua y sustratos gracias a su gran solubilidad, e incluso es arrastrado por el viento, los síntomas de una falta de cloro son: escaso crecimiento, marchitamiento, aparición de zonas con clorosis y tejidos necrosados. Las raíces disminuyen su longitud al tiempo que se hacen más gruesas y en ocasiones las hojas pueden adquirir tonalidades marronosas.

El cloro es uno de esos elementos que la planta va a tomar en grandes cantidades, hasta cien veces más de lo que realmente necesita. Una de sus funciones principales es la oxidación del agua, es decir la ruptura de la molécula de agua llevada a cabo durante el proceso de fotosíntesis.

Manganeso:
A pesar de que no sea una carencia de las más frecuentes, algunos síntomas son manchas de tejido muerto y clorótico dispersas por la hoja.

Se trata de un catalizador de gran importancia para el metabolismo vegetal. Contribuye a la asimilación del dióxido de carbono y a la acción de diversos enzimas.

Boro:
Las carencias de este elemento no son nada habituales aunque en ocasiones se producen patologías relacionadas con la descomposición de tejidos internos. Los síntomas son de lo más variado dependiendo de la edad y la especie, pero tienen en común una falta de crecimiento general de toda la planta, aunque en ocasiones también puede producir anormalidades en el desarrollo.

Su función la verdad es que todavía no se ha determinado con precisión. Se absorbe casi siempre en forma de ácido bórico sin disociar y su distribución por los tejidos es algo lenta.

Zinc:
Su carencia con frecuencia se manifiesta en forma de hojas muy pequeñas, y una notable disminución en el desarrollo de los internudos. En ocasiones se produce una cierta clorosis que indica que el zinc toma parte en los procesos de formación de clorofila, o por lo menos impide su destrucción.

El zinc se absorbe muy a menudo en forma de quelatos de zinc. Se trata de otro catalizador en el metabolismo del planta siendo importante en los procesos de respiración. También es muy posible que participe en la formación de hormona de crecimiento, auxina, por lo que su falta sería la responsable del poco desarrollo de tallos e internudos. Al mismo tiempo el zinc forma parte de multitud de enzimas necesarias para el buen funcionamiento de la planta.

Cobre:
La falta de cobre se aprecia por unas hojas jóvenes de un verde oscuro, deformadas y arrugadas y en ocasiones con rastros de necrosis.

Se trata de un elemento que se necesita en cantidades muy pequeñas, así que es realmente raro encontrar deficiencias de cobre. A pesar de todo es una posibilidad a tener muy en cuenta incluso en plena naturaleza ya que, por ejemplo, muchos suelos en Australia son extremadamente pobres en cobre, además de otros micronutrientes como el zinc, el molibdeno, etc.. También es importante tener en cuenta que hay que ser muy cuidadoso con los aportes extra de cobre pues rápidamente pueden alcanzarse los niveles de toxicidad. En realidad el margen entre la carencia y la toxicidad por exceso es muy estrecho para este elemento. El cobre se encuentra presente en diversas enzimas y proteínas.

Molibdeno:
Los síntomas de su falta pueden ir de una clorosis en la parte de la hoja situada entre las venas de las hojas más viejas, o incluso en pleno tallo, avanzando hasta las hojas más jóvenes, hasta el desarrollo de hojas retorcidas y deformes.

Realmente se sabe muy poco sobre como es absorbido o como se procesa en el interior de las células de las plantas, quizá por el hecho de que sea un elemento utilizado en cantidades traza, es decir, en cantidades realmente minúsculas. Parece jugar un papel en los procesos relacionados con el nitrógeno. Es quizá el elemento necesitado en menor cantidad de todos los listados por lo que su carencia es algo realmente raro. A pesar de eso pueden llegarse a producir en suelos muy deficitarios en este elemento como son los australianos, al igual que pasaba con el cobre.

Níquel:
Se trata de un elemento esencial que forma parte de determinadas enzimas necesarias para evitar la excesiva acumulación de urea en los tejidos vegetales. Las extremas carencias de este elemento provocan una acumulación de urea tal que las puntas de las hojas llegan a necrosarse ya que la enzima encargada de su eliminación no puede formarse. Cultivando en ambientes muy pobres en níquel puede llevar a la situación de que las semillas se conviertan en no viables siendo incapaces de germinar.

La mejor forma de evitar problemas de carencias es evitarlas en la medida de lo posible. Para ello hay que empezar cuidando el sustrato en que se planta: su capacidad de drenaje, de intercambio iónico, su composición, etc. Seguidamente se debe cuidar también el agua de riego. Esta debe ser lo más pura posible, pues cualquier sustancia extraña que transporte se irá acumulando en el sustrato y puede llegar a dificultar la absorción de algunos elementos esenciales, aunque solo sea por el simple método de modificar las condiciones del sustrato. Y finalmente debe prestarse especial atención a aquellos elementos que se añadan deliberadamente al sustrato, ya sea en forma de abonos, ya sea en forma de complementos: los excesos pueden ser tanto o más problemáticos que las carencias.En general se suele recomendar el uso de abonos de origen orgánico ya que dado su forma de funcionamiento, deben ser descompuestos por bacterias, el aporte de elementos es pausado y muy variado. Se evitan así los riesgos de sobredosis o de carencias de aquellos elementos que no vayan incluidos en la fórmula del abono químico utilizado. También es cierto que en ocasiones es útil, o incluso recomendable, el uso de abonos químicos. Precisamente ante situaciones de carencias concretas puede ser una forma rápida de solventarlas, siempre que el abono contenga el elemento problemático, claro está. Además de proporcionar un elemento de control más sobre la planta, como por ejemplo los abonos libres de nitrógeno usados de cara al otoño. En cualquier caso siempre se debe ser muy cuidadoso con el uso de estos abonos químicos pues un error en la dosis puede resultar fatal para la planta. Y además hay que tener presente que uno puede cultivar perfectamente usando casi exclusivamente abonos orgánicos, mientras que no siempre es posible decir lo mismo de los químicos. Como casi siempre se debe buscar un compromiso. Un equilibrio.


Blogalaxia: ~ Technorati: ~ AgregaX:

Increibles Ficus

Increibles El Ficus es un arbusto o árbol perenne de hojas coriáceas. Algunas especies son trepadoras y por lo general se colocan en el interior de las habitaciones y en sitios que no sean demasiado claros. Pueden alcanzar una altura de hasta 30 metros, estos casos se han dado sobre todo en su lugar de origen, el Extremo Oriente. Sin embargo, en nuestros interiores alcanzan tan sólo una altura de entre 2 y 4 metros. Existen alrededor de dos mil especies de este género, el Ficus, que crecen silvestres en las regiones tropicales de Asia. Esta planta, conocida también con el nombre de 'árboles de la goma', se reproduce a través de acodos a principio del verano. Estos arbustos plantan sus verdes biambas en la rectilínea perspectiva de los grandes despachos y, además, acrecientan la intimidad de la sala y dan vida a los descansos de las escaleras, pasillos y recibidores. Tipos de Ficus El 'Ficus Benjamina', es uno de los arbustos más bellos y por eso es un gran elemento decorativo. Sus ramas son colgantes y sus hojas, que tiene de 6 a10 centímetros de largo, poseen una forma oval-lancetada con punta alargada. Algo más pequeñas son las hojas del 'Ficus Deltoides', o Diversifolia, como también se le conoce. Lo más característico de este tipo de Ficus son las frutillas que ofrece que tienen un color verde amarillento y un tamaño que no supera el centímetro, y que carga con ellos desde muy jóvenes. Esta especie procede de las Azores y alcanza una altura máxima de 50 centímetros. También nos encontramos con el 'Ficus Elástica', que es el más conocido de los gacios. Sus hojas alcanzan aproximadamente los 40 centímetros, su color es de un verde brillante y su forma es elíptica en la punta. Cuando nacen las hojas nuevas éstas lo hacen envueltas por hojas bracteales, generalmente de color rojo, que caen enseguida. Pertenecientes a esta especie predominan en el mercado las siguientes formas de jardín: Lecora, que se caracteriza por sus grandiosas hojas verdioscuras y brácteas pintojas. Variegata, de hojas con manchas blancuzcas, amarillentas o incluso grises. El 'Ficus de Caja de Violín', o Ficus Lyrata o Pandurata, tiene las hojas más largas todavía que el Ficus Elástica. Éstas llegan a alcanzar los 50 centímetros y son verdioscuras con nerviaciones de un color más claro. Se le dio este nombre porque su diseño recordaba al del cuerpo de un violín. Esta planta se caracteriza porque crece hacia arriba y hacia los lados. La especie 'Ficus Pumilla', Repens o Stipulata, logra alcanzar los 4 metros de altura y trepa afanosa por los espaldares que dividen interiores. Sus fuertes raíces adventicias también le permiten subir por tapias y paredes de cemento y prestarse además como especie de planta colgante. Sus hojas verdiblanacas se caracterizan por ser estrechas, reniformes abombadas. En las habitaciones frías es ideal la especie 'Ficus Rubiginosa', o Australis, cuyas hojas, que miden aproximadamente unos diez centímetros, están provistas de un vello color óxido en el envés. El haz, coriáceo, es de un verde oscuro. Cuidados y reproducción La Ficus Benjamina es una especie que necesita calor, incluso en invierno, ya que la temperatura no deberá ser inferior en ningún caso de 18º. Aún así, en el verano es convente protegerlo del sol y regarlo muy a menudo. Si la temperatura es alta y el ambiente es seco es necesario rociar las hojas para evitar que se sequen. Dos veces por semana, excepto en invierno, es necesario ponerle fertilizante para plantas de interior. El Ficus Elástica es un tipo de ficus que no soporta bien el agua fría, por eso es conveniente usar para regarla y rociarla agua tibia. También es bastante sensible a las corrientes de aire y sus hojas abigarradas agradecerán que se las coloque en un lugar lo más claro posible. Esta especie aguanta mejor el frío que la anterior, pero tampoco podrá estar en lugares que bajen de los 10 grados en invierno. Durante su crecimiento es bueno que se le apliquen buenas dosis de fertilizante disuelto, pero no es una planta que necesite especialmente grandes cantidades de agua. El Ficus de Caja de Violín es menos delicado que los anteriores y puede vivir en cualquier habitación donde la calefacción no rebase los límites normales, aunque lo que más le conviene a esta especie es estar expuestas a un aire húmedo por eso se recomienda rociarla a menudo, y también estar en un sitio claro, nunca soleado. Las plantas que ya sean algo viejas necesitan cada par de semanas un poco de abono para plantas de interior, ahora bien nunca se deben abonar en invierno. La especie trepadora Ficus Pumila soporta bastante sol que no sea el del mediodía y los lugares oscuros. En verano es necesario que se la riegue muy a menudo y también es conveniente que una vez a la semana, más o menos, se la de una ducha tibia y se la abone. En invierno, sin embargo, lo mejor es no regarla demasiado y por supuesto no abonarla, ahora bien, es muy beneficioso darla de manera ocasional duchas tibias. Todas las especies de Ficus se dan, o en una tierra arcillosa y alimenticia que puede estar mezclada con estiércol de vaca y tierra vegetal o arena, o bien en tierra para flores, tal como se vende mezclada para su utilización en los establecimientos especializados. Sus principales enemigos Los insectos que más perjudican a este tipo de plantas son las cochinillas y las arañas rojas. Las temperaturas bajas, los cambios bruscos de las mismas y las fuertes corrientes de aire pueden producir enfermedades en sus hojas que se manifestarán en forma de manchas. El exceso de frío o de humedad produce, por ejemplo, en los bordes de las hojas inferiores manchas de color amarillo. Su reproducción es bastante difícil. Hay que empezar por poner en primavera, dentro de una botella de agua situada ante una ventana, un vástago o un esqueje hasta que salgan las raíces. El acodo también puede ponerse en una mezcla de broza de turba y arena en una bandeja que se coloque sobre un radiador de calefacción hasta que broten las raíces. En estos casos es necesario que se ponga encima de la bandeja una cubierta de plástico.

Plantas Equinospartum boissieri( Spach) Rothm

Plantas

Volviendo por la montaña y el interior aquí os presento a este caméfito almohadillado con las ramitas floridas terminando en un pequeña espina.
Es un endemismo de las montañas calizas del Sudeste y Sur Pen que se cría a partir de los 1100 metros de altitud junto a otros piornos , como el Erynacea antylis y Genista longipes, dando lugar a esas comunidades vegetales adaptadas a las condiciones extremas de la alta montaña mediterránea (frío, nieve, vientos ,sequía estival y la herbivoría )

La floración de estos piornos está algo pasada en estas fechas y por estas sierras, pero en sitios más protegidos de la insolación aún se pueden contemplar individuos en su máximo esplendor como ocurre con estos cerca de Pontones ,en las Sierras de Segura.

Hierbas Clasificación del Bonsái según su estilo- Shakan (III)

Hierbas

Shakan (inclinado):Se trata de árboles con troncos más o menos rectos pero inclinados. Esta inclinación, que puede ser tanto a derecha como a izquierda, suele ser de un máximo de unos 45 grados sobre la vertical pues a partir de ahí se les puede considerar como semi cascada, o cascada.El estilo inclinado es, a diferencia de los anteriores, un estilo en el que el medio ambiente ha dejado una clara huella sobre el árbol. Los estilos de tronco vertical hablan de árboles viviendo en condiciones favorables y que por tanto han podido desarrollarse en la dirección ideal; vertical, o casi, con ramas y raíces distribuidas de forma uniforme dando impresión de estabilidad y equilibrio. Pero un árbol inclinado nos indica que no ha sido tan afortunado y que un medio más hostil le ha obligado a inclinarse, por lo que tanto la distribución de ramas como de raíces no tiene por que ser la esperada.Si en un tronco vertical uno podría esperar una cierta correspondencia entre las raíces más gruesas con aquellas ramas a las que soportan (una rama gruesa generalmente dispone de una raíz igualmente gruesa justo debajo encargada de alimentarla pues el camino de savia es en ese caso el más corto posible), en un árbol inclinado esto no tiene por que ser cierto, tanto más cuanto mayor sea la inclinación que presente. En este caso, las raíces más gruesas tratarán de asegurar la estabilidad del árbol tratando de compensar en lo posible el efecto de la gravedad sobre el tronco inclinado y por lo tanto aparecerán en las dos zonas donde son más necesitadas: Justo en la parte de la base que queda bajo el tronco inclinado, y en la parte opuesta, la más externa de la inclinación. Es importante recordar que dicha inclinación afectará igualmente a la forma de estas raíces, pues aquellas situadas en la parte interna se verán sometidas a fuerzas de compresión, mientras que las situadas en la parte externa se verán sometidas a tensiones al tratar de anclar el árbol al suelo, y por tanto serán bastante más alargadas que las anteriores.La inclinación del tronco puede empezar justo a nivel de suelo o algo más arriba, incluso puede presentar curvas notablemente acentuadas. Hay que notar que un tronco recto indica que la inclinación se ha producido recientemente, mientras que alguna curva da la impresión de que el árbol ha tratado de recuperarse a lo largo del tiempo.Respecto a la distribución de ramas, si bien es posible aplicar la idea de la distribución habitual de ramas como en los casos de troncos verticales, hay que tener en cuenta que las ramas en la parte externa de la inclinación suelen tener mayor peso por diferentes motivos: actúan como contrapeso equilibrando el conjunto, y reciben más luz que las situadas en la parte interna desarrollándose con un vigor bastante mayor. Es por esto por lo que en la mayor parte de los casos la primera rama, y la mas pesada, debería encontrarse en la parte externa de la inclinación

Blogalaxia: ~ Technorati: ~ AgregaX:

Flor Lonicera peryclimenum L. subsp. hispanica (Boiss. y Reuter ) Nyman

Flor




En estos calorosos días, en el bosque de ribera nos podemos encontrar aún con algunas plantas en floración que persisten en estos ambientes mediterráneos.

Como ocurre con esta madreselva de hojas pecioladas, y blandas lo que hace diferenciarla de las otras congéneres.

Esta subespecie hispanica habita en en el centro y sur peninsular estando desplazada en el norte por la subsp. peryclenum.
Forma parte de estrato trepador del bosque caducifolio ripario.
Arroyo de montaña en la ladera norte de la Sierra de la Sagra.

Novedades + macetas con patas

Novedades


.....................

Hierbas ÉPOCA DE TRANSPLANTES ........

Hierbas

Ya que estamos en época de transplantes, unos ejemplos de ello. En este caso en una higuera que lleva 2 años en tierra y que saco para regalar a unos amigos. Se aprecia un buen mazacote de arcilla en el cepellón y unas raíces muy desarrolladas, pero grandes. El proceso del transplante es bien conocido pero nunca está de más recordarle.


Ha estado sin ningún tipo de control y las raíces se han desarrollado en todas las direcciones posibles y en un grosor muy grande (esto no interesa si luego lo queremos para bonsái).



Como las especies caducifolias podemos transplantarlas haciendo un lavado total de raíces procedemos y vemos, sobre todo, lo grande que se ha hecho la raíz pivotante, la que hace que el árbol se enganche al suelo. Eso para bonsái no es operativo, ya que el cepellón deberá ser lo más plano posible por lo que hay que cortarla.



Fuera pivotante …. Un buen serrucho ayuda en la tarea.



Tras la poda de raíces grandes y las que crecen en direcciones no apropiadas (para abajo o para arriba) nos queda en árbol de la siguiente manera ……




Yo uso para las higueras una mezcla de turba y akadama al 50% pues quiero que el sustrato retenga algo de humedad y con más porcentaje de akadama no sería posible. Además tendría que estar regando con más frecuencia.



Interesa que las raíces se desarrollen creando un buen pan, por lo que nunca viene mal un poco de enraizante. También sellamos con pasta las posibles heridas de la poda.


Pasando dos alambre por debajo de los agujeros de drenaje de la maceta de entrenamiento fijamos el arbol para evitar que con el viento o movimientos bruscos las raíces sufran



Bien atados procedemos a echar el sustrato antes mostrado procurando que penetre bien entre las raices no quedando bolsas de aire que hagan que las raices puedan pudrirse. Un poco de musgo de adorno y para que retenga la humedad ……........…… y a esperar que dentro de muy poco ramifique ….

Hierbas UN JARDÍN POPULAR EN LA MALLORCA DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX

Hierbas


Estos días estoy leyendo un libro de viajes de una escritora escocesa, Mary Stuart Boyd, que estuvo viviendo durante seis meses en Mallorca en compañía de su marido, dibujante y pintor, y de su hijo. El libro salió publicado en el Reino Unido en 1911. El libro poco conocido en España ya que no tuvo traducción a ninguna lengua del estado español hasta el 2008 que se tradujo al catalán.

Al leerlo he topado con una pequeña descripción del jardín de la casa tal como lo encontraron al alquilarla para pasar el invierno en Palma de Mallorca. Es una casa y un jardín sin pretensiones pero me ha parecido interesante traducir al castellano como era un jardín popular de una casa del barrio de Son Espanyolet a primeros del siglo XX. y tal cual os la adjunto.

Sobre la ancha cornisa de la galería, a ambos lados de la escalerilla que bajaba al jardín, había unos grandes tiestos verdes. Tres de ellos contenían geranios con hojas parecidas a la hiedra, uno contenía un cactus que tenía la apariencia de cuatro erizos de mar espinosos, hechos con un molde y el resto estaban vacíos.

El Jardín tenía diecinueve pasos por veintidós. Unos senderos elevados hechos de cemento lo dividen en ocho platabandas. Las cuatro mayores rodean el pozo pintoresco; las cuatro más pequeñas están en hilera, dos a cada lado de la escalera de la galería. Cada platabanda contenía varios árboles frutales. Había un limonero robusto con frutas y flores y tres naranjos; uno de ellos tenia unas sesenta mandarinas. Cerca de una segunda parra había siete almendros y dos albaricoqueros. También había un arbusto que no habíamos visto nunca, con unas flores que olían como las del espino en las cuales se encontraban muy atareadas. Más adelante nos enteramos que se trataba de un níspero.

Algunos rosales, algunos de lo cuales tenían la amabilidad de dar flor durante todo el invierno, un jazmín, una verbena alta y olorosa, una hilera larga de pimientos, un grupo de alcachoferas y matas de las mas diversas hierbas, completaban nuestro reino vegetal.

Mallorca es un paraiso para el jardinero o más bien lo sería si la lluvia estuviera garantizada ya que el clima cambia tan poco que casi todo se puede plantar en cualquier estación.


Mary Stuart Boyd
Les illes venturosas. Vida i viatge a Mallorca, Menorca i Eivissa
Versión catalana, introducción i notas de Jaume Boada i Salom
Edicions Documenta Balear
Palma de Mallorca 2008


-